La práctica
de cubrir los muros con trepadoras, tiene una antigüedad de siglos.La
historia parece comenzar en Italia y Centroeuropa donde
la vid, una planta que ayudada
por el hombre, es capaz de trepar y agarrarse a pérgolas o triages, proporcionaba frutos para la elaboración
del
vino, en un espacio muy reducido.Esta
practica se extendió
e
hizo que una gran cantidad de especies, entre ellas cierto tipo de tomates (cherry) también
se
obtuvieran en sitios reducidos.
Pérgolas y estructuras con plantas que crecen aferradas a ellas, se difundieron, por toda la cultura mediterránea, y proporcionaron un espacio en las terrazas al amparo del sol. Esto no solo proporcionaba alimento, sino que además su sombra y la cobertura del muro, hacia de estos espacios, áreas mas habitables en el verano. El gran desarrollo de la industria vitivinícola, extiende esta practica, ya en el Medioevo a Francia e Inglaterra, y es utilizada en los castillos de los propietarios de vinos y en la Campiña inglesa.Esta idea de cubrir los muros de los castillos y casas señoriales se populariza, como nunca antes, con el desarrollo a principios del siglo XX de "la ciudad jardín" de los utopistas. De allí en adelante es aceptada, incluso como elemento que prestigia la fachada.
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